domingo, 16 de noviembre de 2008

"¡A mi patria, a la juventud!

Tranquila, indiferente, esquiva y mezquina,

camina por la fría calle la verde vida,
sin memoria recorre las vías
donde muchos otros titanes
surcaron el rumbo de la América Latina.

¡Dios sabe que amo la tierra de mis padres!,
aunque también sabe que no platico con el,
me aferro a las fuerzas naturales,
¡pero cambiaria todo!, si tocara al monstruo
que duerme en el corazón de mi gente.

¿Dónde guardas tu orgullo, la espada, el escudo,
la pluma, la palabra, que te hizo grande?
¿Dónde están tus hijos? Aquellos que brillaron
como estrella fugaz en tu firmamento libre
y hoy duermen en los olvidados libros de historia.

¡Contéstame tierra mía!
¿Por qué nos vendemos a espejismos extranjeros
cual vil puta extravagante?
¿Por qué nos avergonzamos de tu herencia,
nos arrojamos a la violencia, rechazamos el conocimiento?

Hermanos contra hermanos,
¿No ves que nos une una lengua, una historia?
¿No sientes que nos duele lo mismo?
¿No sufres al hermano caído por
la espada afilada de la mediocridad?

¡Latinoamérica esta en llamas!
Llora sus glorias pasadas
y a sus hijos caídos en batalla.
Un minuto de silencio por la Juventud,
que se mantiene indiferente, inconstante,
a las necesidades de su región.

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